jueves, 24 de abril de 2008

ALGUNAS CONSIDERACIONES PARA UNA EDUCACION INTERCULTURAL URBANA

Una educación intercultural que no sea para todos sigue siendo discriminadora, todos tenemos derecho a participar y a legitimar la diversidad, sobre todo en las ciudades donde convergen todas las sangres y todas las voces.

A continuación proponemos algunas consideraciones para generar prácticas educativas interculturales en zonas urbanas (1):

  1. Analizar si la configuración de los espacios en las ciudades es inclusiva y amable con la diversidad, esto significa si la ciudad como organización social donde los ciudadanos se encuentran y conviven recibe, acepta, romueve e incluye de manera orgánica a quienes hablan otra lengua, tienen otras prácticas socio culturales, como las culinarias y de vestido y tienen otras creencias.
  2. Integrar y ampliar las formas y espacios de expresión de la diversidad que ha generado la ciudad como son los clubes departamentales, las fiestas patronales, los usos lingüísticos. Esta formas de expresión ganadas gracias al esfuerzo, la organización y al peso muchas veces de la añoranza, debe ser legitimado en la escuela y ella misma debe ser una aliada en el fortalecimiento y desarrollo de estas identidades en el contexto urbano.
  3. Revisar y replantear la concepción de escuela o de Institución Educativa que se tiene en la ciudad. Es sabido escuchar que muchas familias envían a sus hijos e hijas a la ciudad a estudiar porque allí la enseñanza es mejor. ¿Esto es cierto? ¿que se está entendiendo por mejor? La educación en una ciudad puede garantizar seguramente ciertos aprendizajes que además son reforzados por la misma estructura urbana, pero desconoce y deja de lado una serie de aspectos formativos que se garantizan en contextos no urbanos. Así como la escuela forma, la ciudad también forma y muchas veces esta formación no es consecuente con la impartida en las aulas. El papel que cumplen las escuelas en los contextos urbanos es bastante homogenizador y a veces son los mismos usuarios quienes refuerzan esta tendencia.
  4. Superar el frecuente prejuicio y conflicto entre la ciudad y el campo. Esto implica revalorar las características de vida del campo que se han olvidado por la velocidad y el encanto del acceso a la tecnología que ofrece la ciudad. No es intercultural establecer relaciones jerárquicas entre campo y ciudad, cada una tiene una lógica, una dinámica y en ambas encontramos aportes significativos. A veces esta confrontación innecesaria genera más racismo y discriminación que a la larga generan violencia simbólica a la violencia efectiva.
  5. Recuperar la noción de identidad como mosaico que genera la ciudad donde confluye la diversidad. Muchas personas que viven en las ciudades han olvidado y en algunos casos negado la génesis de su identidad. No se trata de establecer una genealogía racial, sino una identidad auténtica que sea el punto de partida de la identidad regional. Es preciso que cada persona tenga auto conciencia de su originalidad.
  6. Diversidad y economía: Garantizar un crecimiento económico basado en un desarrollo humano integral y sostenible que de un valor global a la diversidad con todas sus implicancias culturales y cosmovisiones y no solo desde una perspectiva de lucro y una fuente de recursos que termina por folklorizar la cultura dejando de lado su riqueza simbólica, espiritual y holística.
  7. Demarcar las características de la cultura urbana en su diversidad de acuerdo con los grupos socio económicos que comparten el mismo espacio citadino. Esta demarcación permitirá comprender la cultura urbana como una síntesis cultural y entre otras para contrastarla.
  8. En las ciudades, se da un trato diferente a la diversidad local y la diversidad internacional, esto muestra las formas desiguales y discriminatorias que se dan en la aceptación de la diversidad. Es preciso desmontar esta distinción en sus aspectos socio políticos y socio económicos y además, para permitir que los estudiantes estas diferencias para evaluar el paradigma cultural homogenizante que imponen algunas ciudades.
  9. Incorporar en la agenda pública de la ciudad el tema de gestión de la diversidad cultural y del impacto de las migraciones en el desarrollo local. Las educación debe ser un espacio de reflexión sobre este fenómeno. Además debe partir de las propias expresiones, mixturas y fusiones, las diferentes propuestas y que tome en cuenta las diferentes aproximaciones desde las mas indiferentes hasta las mas comprometidas. Una ciudadanía que no se reconoce, no se supera, entra en un espiral vicioso de autonegaciones. Un país solo es posible cuando se tiene una identidad más sólida, y la nuestra es plural.

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(1) Fragmento del documento de trabajo: Educación Intercultural para las ciudades, JAVM

martes, 22 de abril de 2008

La celebración del ausente

Una fiesta sin invitados es un fracaso de fiesta, pero una fiesta sin el agasajado es mas que un fracaso, es una burla, una ilusión. Ayer fue el dia de la Tierra y vimos algunas expresiones en el mundo entero de celebracion y reconocimiento, la celebramos, como un ente vivo mas, ¿pero ella estuvo presente?.

Las civilizaciones han dado diversos significados a la tierra, nosotros, en nuestra tradición le decimos madre. Pódríamos decir entonces que ayer fue nuestro día de la madre, y sin embargo cómo la hemos considerado. Debemos ser los hijos menos cariñosos, por lo menos los urbanos, pues hemos olvidado de donde venimos y quienes somos. ¿Qué podríamos haber hecho ayer? quizá tomar conciencia de nuestra ingratitud y de los constantes maltratos que le hacemos, por ejemplo con este boom inmobiliario que no deja espacio para el respiro de la madre... que todo lo cubre con cemento y fierro.
Nuestra tradición andina celebra a la madre tierra PACHAMAMA en Agosto, con el inicio del año andino sin embargo también tiene un día para el reconocimiento del mundo entero, un día global para globalizar la conciencia perdida, la conciencia de hijos que olvidaron a su madre.

Nos cabe hacer una pregunta más, ¿por qué le damos a la tierra un día especial? nosotros somos parte de la fiesta o somos los que damos el tributo. Esta relación es fundamental para cambiar el paradigma de explotación de recursos que hemos heredado del mundo industrializado. No nos sentimos parte de la tierra, no somos tierra, ella es otro, es un ente ajeno a nosotros... sin embargo, somos tierra... y aun no lo descubrimos.
Pintura de: Carmen Alvarez Daza

viernes, 18 de abril de 2008

La corrupción sociológica
"Como el mercado es incipiente, el Estado se convierte en la principal o única fuente de ocupación e ingresos, en un medio privilegiado de sobrevivencia o de ascenso social"

Por: Jaime de Althaus Guarderas
Diario El Comercio. Viernes 18 de Abril


PREAMBULO

A veces el Sr Althaus es atinado en sus comentarios, nos ha tocado otras veces criticarlo por el sesgo aburguesado en la aproximación a los hechos sociales, sin embargo hay que reconocer que en este artiículo, la erudición lo ha llevado al meollo de muchas de nuestras contradicciones. La corrupción no es de otros... es de todos, o casi todos. ¿Quien no ha hecho alguna vez una favor a un amigo, familiar o vecino? .... que tire la primera piedra... o de lo contrario que lo reconozca y empiece a aportar por una educación ciudadana diferente. Sin embargo, solo una previsión antes de presentar el artículo, esta "corrupción" que el columnista identifica en el sector público también está presente en el privado, donde a veces los circulos de amistad y poder son mas cerrados e insensatos... aunque ya hay un sector mejor formado que empieza a romper los esquemas familiares. Bienvenidas las oportunidades para todos.


ARTICULO

Hay distintos tipos de corrupción. Hay uno derivado del modelo político: si el poder está muy concentrado, se pueden desarrollar formas incluso perversas de corrupción. Fue el caso de los últimos años de Fujimori-Montesinos. Hay otro tipo derivado del modelo económico. Cuando este es intervencionista o estatista y el funcionario posee amplia capacidad de decisión sobre a quién otorgar o no créditos, licencias, aranceles, dólares, etc., se multiplican las ocasiones para la coima o la colusión. Así fue en los años 70 y 80. El caso del Banco de Materiales es, en parte, un rezago de ese modelo.
Pero también de otro tipo de corrupción, una que podríamos llamar "sociológica", que tiene que ver con el nivel de desarrollo social y del mercado. En el Perú somos todavía --más aun en provincias-- una sociedad de estatus antes que una sociedad de contrato (E. Maine). Las relaciones se basan en contactos y posiciones personales antes que en mecanismos impersonales. No hay una ciudadanía universal: no todos tienen iguales derechos y deberes: se favorece, desde el Estado, a los amigos, a los parientes, a los compañeros de partido, y es muy difícil sustraerse a la presión de los allegados. Es lo que hemos visto estos meses en el Congreso. Los funcionarios, por lo general, carecen de nivel profesional y no existe una carrera meritocrática. Se asciende o se conserva el puesto en virtud de relaciones de parentesco, amistad o poder, movilizando y acrecentando el capital social propio. Dado que el mercado es incipiente, el Estado se convierte en la principal o única fuente de ocupación e ingresos, en un medio privilegiado de sobrevivencia o de ascenso social, en un instrumento para la acumulación económica personal. No es el Estado al servicio de la sociedad, sino apropiado por grupos o argollas. Es el Estado patrimonial, premoderno, anterior a la burocracia racional de Max Weber.
Lo curioso es que, en esa situación, todos critican acremente la corrupción pero todos participan de ella. Eso es lo que comprueba un estudio de Ludwig Huber y el IEP sobre la pequeña corrupción en Ayacucho publicado en la revista "Economía y Sociedad" número 66 del CIES. El estudio encontró corrupción en todos los niveles, "desde la pugna entre el gobierno regional y la Dirección Regional de Educación para colocar gente de su entorno en las UGEL provinciales, pasando por la corrupción en la burocracia y en las instituciones educativas, hasta el aula". Cobros para contratar a un postulante a profesor son normales, por ejemplo. Todos condenan el juego pero todos entran en él (es probable que los que critican lo hacen porque el poder burocrático local ha sido capturado por grupos distintos al propio, y por lo tanto no se benefician de único bien dispensador de fortuna).
Ese sistema es lo que explica la inaudita resistencia a la ley de carrera pública magisterial y a las evaluaciones. Hace falta educación ciudadana. El verdadero cambio, sin embargo, solo podrá venir de abajo: empoderando a los padres de familia con estándares del rendimiento de sus hijos y a los campesinos con tecnologías que les permitan convertirse en ciudadanos emprendedores. Es decir, desarrollando transparencia y mercado desde la base.

miércoles, 9 de abril de 2008


ALGO DE ACCIÓN POLÍTICA

RECHAZO A LA “IGNORANCIA CULTA”

Cuando escuché y luego vi por televisión el escándalo armado por la Congresista Martha Hildebrandt en torno al proyecto de Ley sobre preservación y uso de lenguas en el Perú me vino a la memoria su tan mentado libro “El habla culta”. Sus respuestas y argumentos tan falaces (Argumentum ad Hominem) sobre el valor de sus opiniones y el descrédito de las opiniones de sus interlocutoras hablantes de lenguas originarias terminan siendo vergonzantes para alguien que se dice tener tanta educación..

¿Cómo puede una persona que se jacta de tal nivel educativo demostrar de manera más evidente su ignorancia?. No dudo que la Sra Hildebrandt tiene un serio problema de percepción de la realidad. Suele pasarle a algunos intelectuales que consideran la información escrita el único principio desde el cual se debe interpretar los hechos. Considero que no hay peor error de método dar más crédito a lo que se cree saber que a lo que es. Y es que sobre este tema casi filosófico hay tantos siglos de tradición que nos tomaría muchas líneas abordarlo. El hecho innegable es que ese proyecto de Ley no sólo tiene un carácter político, expresa sobre todo una demanda social. Finalmente, después de muchos siglos y décadas de exclusión, los pueblos originarios del país demandan mayor legitimidad a un Estado que los ha invisibilizado y les ha impuesto del modo mas sutil y a veces grotesco una lengua y una “cultura” y por ende una sola forma de ser “persona culta”. Pero ese paradigma de “ser culto” creo que se rompió como un jarrón de cristal bamba al ver a la Sra. Hildebrandt en esa bochornosa escena de “ignorancia culta” al esgrimir argumentos tan poco atinados y faltos de coherencia con su formación.

La actitud de la emblemática especialista en temas lingüísticos del país es por demás reprochable y sus desatinados comentarios afectan también a quienes desde aulas, cátedras y la vida diaria intentan mostrar que la política del país frente a la diversidad cultural y lingüística debe cambiar. La congresista Martha Hildebrandt no sólo ha ofendido a las minorías lingüísticas del Perú, sino a todos los que consideramos que se debe construir un Perú más justo y más plural. Por eso considero que no sólo los pueblos originarios del Perú deben exigir una rectificación y una sanción ejemplar a quién no es capaz de ver la realidad, sino todos los peruanos que consideramos que tenemos una gran riqueza en nuestra diversidad y un tesoro cuyo valor esperamos se vaya reconociendo en este escenario global donde la diversidad vuelve a recuperar protagonismo.

Finalmente esperamos que esta escena de “ignorancia culta” nos cure de estereotipos de cultura que han hecho tanto daño al país y han establecido jerarquías necias y rencores infundados.
INTIMO
(Porque todos tenemos algo de poetas)

A veces las palabras agotan, a veces encantan, a veces prolongan, a veces engañan... a veces, las palabras intimidan, a veces... las palabras


VOLVER A CREER

Después de haber resbalado
y haber caído en un túnel sin camino
después de haber probado el gusto de la noche
y de haber cantado al ritmo de estacatos y silencios
de haber hecho armonía con mi propio eco,
con el viento y la tormenta de lamentos.
Después de la marea de por qués
volver a creer

Después de haber roto
por muchas veces el libreto
y de haber corrido el telón
antes de que acabe la función
Después de haber mordido el vacío
y de haber gastado el corazón
esperando el aleteo cálido de tus besos
Después de haber desnudado la mañana
después de haber agredido al sol
después de haber odiado el querer
volver a creer

Después de haber maldecido el después
y de haber saciado mi embriaguez
de haber brindado con la muerte
el sabroso elixir del criterio.
Después de haber cargado el arnés
sin saber a dónde ir ni por quien combatir
después de haber matado cruelmente el saber
y de haber negado tu presencia o tu mirada
volver a creer

Volver a creer
porque el amor asedia
volver a creer ... por creer
suena difícil, suena imposible
suena falaz... pero así es el creer.



NO-VERDADES

Y qué hacer cuando que se acaba el hacer
cuando se nubla el querer.
Qué hacer…

La mañana se extendió como manto interminable
No hubo tiempo ni pesar
Solo mirar…

Llegó la noche sin querer molestar, callada y sola
como llegan las horas
y como se van…

¿Novedad en este paso del pasar?
No - verdad en el vivir
Solo menos tiempo
y más soledad


APOCALIPTICO

Ha despertado con el sabor de tus lágrimas
en sus ojos con tus caricias en sus entrañas
con tus pensamientos en su mudez
con antiguas preguntas sin respuesta
con el peso de la duda y la certeza
con la misma compañía,
la tristeza.

Tanto egoísmo resbala a cada paso
tanto silencio, tanta poca fantasía.
No cesamos de contar
los muertos por la indiferencia
o por la negligencia de lo que se hizo mal.

Los sones del funeral
son gritos de un poeta sido
que ... ¡Ay! siguió muriendo
muriendo con su verdad.

¡Nihilismo!, gritan profanos
Los miles de sentenciadores.
El muerto ya esta muerto
el verso yace desnudo
sus ojos mirando perdidos
sin brillo y sin horizonte
sin misterio y sin luz
simplemente, no están

Vaga el poeta y su verso
tomado del corazón de la niña
arrastrando por los sueños
su alma descolorida.

Ha despertado a la muerte
ya no hay lindero frontera
ahora las dos ya son una
y a cada paso las ves
luchando sin tregua ni ideas.
A veces triunfa la vida,
a veces la muerte aclama
así pasan miles los días...
sin justicia ni sintonía.

VOLAR

Volar
con los sueños cada noche
liberar del cuerpo su gravedad
volar como las garzas y las voces
Como los niños con sus manos
Siempre abiertas, siempre ….

Volar
Cuando menos lo esperas, te elevas
y miras desde arriba que todo es fantasía
Todo sube y todo baja, todo pasa
Como este verso, pasa….

Volar
Para llevar el calor de los recuerdos
hasta donde sangran las heridas.
Para decir que no hay límite ni lejanía
que no puedas alcanzar con tu sonrisa

Volar
Como lo hacen las chinalindas [1]
Junto a nosotros sus verdugos, sus amores
Junto a los montes, sus brazos y sus flores
siempre de dos, dones…
Volar.....Volar.................

[1] Ave que vuela en pareja y cuyo nombre proviene de una leyenda Caxamarca

miércoles, 2 de abril de 2008

TINKUY


apuntes para repensar nuestra ética

“El saber cuya esencia es la crítica
no puede reducirse al movimiento objetivo.
Conduce hacia el Otro. Recibir al Otro,
es cuestionar mi libertad.”
Emmanuel Levinas:
Totalidad e Infinito



En los siguientes párrafos vamos a presentar algunas pistas de nuestra propuesta ética que busca conjugar las tres ventanas abiertas en la segunda parte de la exposición. Tematizar el encuentro es plantear que lo ético es dinámico y es el resultado de un “entre” nunca solo lo mío, nunca solo lo tuyo. Es en ese nuevo espacio que se crea entre dos que se reconocen próximos y distintos, que surgen auténticos principios de vida. A hora algunos derroteros de estas formas de “encuentro” que sostienen nuestra eticidad.

1. Ética del encuentro con el mundo y en el mundo.

“La ley de nuestro pueblo se diferencia de la del blanco porque la ley Riowa viene de los hombres y está escrita en el papel mientras que la ley de nuestro pueblo fue Sira (Dios), quién la dicto y la escribió en el corazón de nuestros sabios Wejayas (chamanes). El respeto a lo vivo y a lo no vivo, a lo conocido y a lo desconocido, hace parte de nuestra ley, Nuestra misión en el mundo es narrarla, cantarla y cumplirla para sostener el equilibrio del universo. Nuestra ley U’wchita es uno de los postes que sostienen el mundo. Nuestra ley es tan antigua como la misma tierra, nuestra cultura se ha organizado siguiendo el modelo de la creación, por es nuestra ley de la tierra y la tierra (misma) es una sola”[1]


Una primera experiencia del encuentro que proponemos tiene que ver con el retorno en la comprensión del individuo como parte de su entorno físico, vivo y vivificante, retorno al sentido de la tierra. Acostumbrados a ver el mundo, la naturaleza y sus riquezas como la fuente de recursos explotables para el provecho de la humanidad, ahora nos toca sentir el latido de lo que nos rodea. Esta primera condición de la ética del encuentro plantea una comprensión de lo humano menos desarraigado de su entorno natural y social. No solo estamos viviendo en la faz de la tierra, vivimos de ella, de sus condiciones, de su inagotable fuente de conocimientos, sabiduría, nuestro pensamiento está condicionado por sus espacios geográficos y lo que podemos conocer de ella representa muy poco de lo que en realidad es. En un mundo que empieza a descubrir que al paso que va el mercado y la irracional explotación de recursos naturales es probable que desaparezcamos más rápido de lo imaginado, urge una nueva forma de vincularnos con nuestro ethos, con nuestro lugar histórico, que busca redescubrir características bióticas en lo que típicamente llamamos abiótico, sus energías, sus interacciones y su vitalidad. La conciencia ecológica de occidente tiene esta característica de retomar la armonía entre el hombre y la naturaleza luego de la constatación de que nuestra ciencia y tecnología están generando serias alteraciones climáticas que vulneran la condición humana. Sin, embargo esta entrada aun puede ser homocéntrica, hay corrientes tanto desde la tradición del pensamiento indígena mundial y la llamada ECOSOFIA que plantean un descentramiento del hombre hacia el entorno físico que es el lugar del encuentro. Desde esta perspectiva, es importante considerar que la ética del encuentro reconoce en la condición o la circunstancia (Ortega y Gasset) la posibilidad del encuentro.

No se equivocaba Mariátegui cuando decía que “El nuevo planteamiento consiste en buscar el problema indígena en el problema de la tierra”. (Mariátegui, 1970: 45) Aunque su punto de análisis de la tierra era económico desde la propiedad y producción, no deja de ser indisociable de su carga simbólica transformadora.

Por lo tanto no se trata sólo de defender los recursos naturales de la deforestación o fundar muchas organizaciones de defensa de los animales, o marchar por los derechos territoriales de muchas comunidades. Estas movilizaciones tienen que partir de esta conciencia descentrada sobre lo humano, la determinación de que lo meramente humano trasciende nuestra individualidad, está en el encuentro. Llamar a la tierra madre, como lo hace nuestro pueblo andino expresa mucho. Todos reconocemo cuál es el sentimiento que nos despierta nuestra madre. Sentirla así implica formar una relación ética que ordena otras relaciones y es además la conciliación de la diversidad. Comer una Pachamanca o una huatia, o poner una piedra al cuy para que se “chacte” implica llevar esa armonía con la tierra a lo más cotidiano. Los llamados pagos o despachos que aun se hacen, incluso ilustres arequipeños de antigua cepa, es participar de este orden donde la reconocemos en el lugar donde vivimos no sólo un espacio sino una fuente de crecimiento, energía y valores.


2. Encuentro como “Tinkuy”

Una segunda dimensión de la ética que proponemos es la del encuentro como “Tinkuy”. Esta palabra quechua es una raíz muy interesante, tiene varios referentes, tiene que ver con la confrontación interpersonal, con el encuentro súbito, con la confluencia de dos ríos. El Tinkuy andino es expresión de lo humano pero también figura de lo natural. Hay por lo menos tres acepciones que generan términos semejantes que nos explican mejor esta segundo principio:

a) El tinkuy puede ser encuentro de confrontación que lleva incluso a la violencia ritual o efectiva, una muestra está cerca de aquí en ya célebre Takanakuy Chumbivilcano que es un “encuentro de cuerpos y pensamientos para medir y contrastar dos impetuosidades” Así lo define Laime[2] en su estudio sociológico intracultural del Takanakuy. Hay varios motivos que llevan a esta práctica y en texto citado se hace referencia a varios de ellos, sin embargo nuestro análisis no es sociológico ni antropológico sino ético. Plantear el encuentro en estos términos implica sinceramiento, diálogo, compromiso con el otro, ya que a veces asisten personas para apoyar a los litigantes. Lo que se busca es retornar a la armonía a través no de un hecho manipulado por alguna de las partes, es un acuerdo entre pares y una confrontación que no necesariamente debe llevar al la violencia desmedida. Puede sonar un barbarismo desde nuestra mirada “civilizada” pero en nuestros parámetros civilizados se generan violencias solapadas mucho más dañinas que estas, es más hemos hecho, en esta suerte de dualidad moral engendrada desde los griegos, un espectáculo de la violencia, espectáculo hoy bien pagado. La confrontación física no es lo más importante en esta forma de TINKUY, es solamente la expresión visible de algo mucho más ético que nuestros eternos litigios. Sin embargo no es nuestra intención alentar la violencia, pero si la confrontación libre, sincera y definida de ideas, acciones, sentimientos. La moral de la diplomacia que encubre, que complica, que termina engañando, esa moral no genera encuentro sino desencuentros.

b) El tinkuy es también armonía, conciliación. Es la comprensión más generalizada del tinkuy. Son experiencias interpersonales que generan amistad, y equilibrio. Esta dimensión tiene que ver con la parte festiva y canto que acompaña el Takanakuy llamada Waylilla. En este canto hay pena, pero también esperanza, hay gozo por el triunfo y consuelo por la derrota. Todos la cantan, finalmente todos han ganado algo, la paz, la superación del conflicto. Esta dimensión de equilibrio de fuerzas es propia del TINKUY y tiene algo de relación con aquella categoría que plantea Aristóteles en la Ética a Nicómaco, Mesotes. El griego "Mesótes” tiene varios significados, aunque todos terminan por coincidir en un mismo campo semántico: centro, mediador, imparcialidad, neutralidad, reconciliación. El "Mesotes" se ha traducido como justo medio. Inicialmente nada nos indica su relación con los conceptos de justeza o justicia a no ser esta traducción, justo medio. En cualquier caso, decimos justo medio, porque los griegos consideraron este punto intermedio como un ámbito en el que quedaban de lado cualquier tipo de desenfrenos y errores.
La condición de centralidad, casi espacial, ante la disgresión o el exceso constituye otra dato para comprender el significado de tinkuy que permite además hacer de mediador y reconciliador. De esta forma, tanto griegos como andinos, ellos como nosotros, intentamos enfrentar la medianía con los puntos extremos como dos extremos de un precipicio. En lugar de vocear y clamar a las profundidades del abismo la lejanía de los dos extremos, RECONCILIAN ambos, construyendo un puente, que será nuestro justo medio. Queda de lado, pues, el espanto de los dos extremos (la avaricia y la prodigalidad) y con la prestancia de la victoria la parte media. El puente toca ambos desvaríos y en lugar de quedarse en ellos los reconcilia y manifiesta su brillantez por haber conseguido bandear ambos puntos conflictivos.

c) La tercera acepción proviene de un uso más toponímico, en la tierra, dos ríos o dos caminos que se encuentran hacen tinkuy, y de estos tinkuy se forman ríos más grandes o caminos nuevos. Esta tercera acepción nos pone ante otra figura muy sugerente del TINKUY que es la suma de fuerzas, la de apertura de nuevos sentidos. El encuentro implica esto también, ser uno, compartir como aliados para fortalecer una opción. Salir al encuentro del otro desde esta concepción ética es además de compañía, sentido, complemento. ¿Alguna vez hemos sido capaces de valorar a quienes nos hemos encontrado como potencialidades que se suman a las propias? La moral de la individuación nos lleva a la desconfianza, el que sale a nuestro encuentro es por que algo quiere, no es por que algo me va a dar. Es posible cambiar esta comprensión? Diríamos que no sólo debe ser posible sino tiene que ser una política de vida, de lo contrario las relaciones humanas se van a seguir deteriorando al punto de terminar encerrados en una botella como algunos futuristas pintan las sociedades que se advienen. Hacer del encuentro una suma de fuerzas y una apertura de sentidos es parte de este proceso de recuperación de la confianza.[3]

3. Encuentro como aceptación de la diversidad y sus paradojas

Uno de los paradigmas sobre los que está construida la modernidad y la racionalidad instrumental es el paradigma de lo UNO, de “cierta” uniformidad y totalidad. Esto ha devenido en un liberalismo que respeta las particularidades pero que impone reglas comunes. En toda sociedad hay normas y estas están basadas en discursos éticos (explícitos o implícitos, es decir simbólicos) sin embargo son pocas las civilizaciones que mantienen categorías que permiten articular los contrarios sin negarlos. Occidente tiende a oponer contrarios, sin embargo culturas como la oriental, con el famoso Yin Yan del Taoismo y que Confusio lo generaliza en China, o la andina con la simbología recién estudiada de la armonía de los mundos y la vida (Chakana) son ejemplos de algunas culturas que han logrado síntesis creativas entre contrarios son caer en oposiciones excluyentes. Alguna vez nos hemos hecho la pregunta del por qué en los andes se baila tanto, y hay tantas variedades, como han supervivido y como se mantienen vigentes? Hay toda una cultura de respeto por la diversidad. Se sabe por los cronistas que parte de las negociaciones de Atahualpa con los nuevos forasteros fue darles un lugar en su reino. Se les invitó a compartir ofrendas, pero la cultura de lo UNO, de la PALABRA, de la única religión, del único Dios, termina por imponerse y aniquilar la diversidad.

Una ética del encuentro no anula las partes, no invisibiliza las diferencias, permite su desarrollo, su convivencia e intercambio, por eso es intercultural. Es preciso formar conciencias éticas que deconstruyan el pensamiento hegemónico de lo UNO y se abran a la pluralidad. De seguir con estos paradigmas lo que nos espera son décadas de guerras y confrontaciones (Bush). La ética del encuentro en algunos espacios de occidente se expresa como esta búsqueda o construcción de mínimos sobre los cuales se fundan los primeros pasos de las interacciones[4]. Sin embargo, el paso a los mínimos supone una para compartir El encuentro como espacio para vivir en la armonía paradójica. Se trata de dejar de mitificar la paradoja, de asumirla como parte del día a día, como gran parte de nuestro cuerpo la asume. La paradoja puede hacernos caminar, es la chispa que nos lleva a seguir buscando entre lo deseable y lo pertinente. Deseable que todos nos entendamos, pero pertinente no hacerlo con violencia sino aceptando los tiempos y procesos.

En esta línea ética vienen trabajando algunas escuelas de pensamiento (alemán) que plantean un tránsito del “logos” al “polylogos” a través de estrategias dialógicas pluriculturales. La configuración de este polylogos generará un modelo social plural que sea más pertinente con este mundo globalizado, donde las fronteras se minimizan y las diferencias se agudizan. Por ello debemos entender la crisis de la razón moderna no como un paso para atrás sino como un paso hacia delante, donde lo que resulte de estas transformaciones será con miras a tener un mundo más pertinente.


4. Ética del encuentro que genera relaciones duraderas

Finalmente planteamos que la Ética del encuentro debe hacer de los aportes de la crisis de la modernidad un patrimonio para el nuevo milenio, esto significa, redefinir lo humano no como lo individual, sino como lo auténtico, que como vimos en Taylor, implica una dinámica social que genera espacios, discursos y prácticas identitarias autónomas gracias a un proceso que recupera para sí el aporte de los otros como colectivo o del otro como interlocutor. Esto implica una atención a tres niveles de autenticidad:

a) Autenticidad hacia uno mismo: reconciliación con la totalidad del ser persona que no se queda en el plano lógico, que toma en cuenta expresiones de cariño y la calidez, que pone en vigencia sus sentimientos. Pensar en una ética de sentimientos morales es también pensar en una ética de la ternura, con una perspectiva de género (no solo de mujeres) que permita completar la frialdad de las razones de nuestro hemisferio izquierdo con la “lógica” de los sentimientos.[5]

b) Autenticidad hacia el otro (individual y social): Implica reconocer la centralidad de la amistad, de la necesidad de salir de uno para ser completamente uno, la individuación no se acaba en uno mismo, se completa y se realiza en y con los otros. Esto implica saber dar tiempo para el trabajo y el amor, el ocio, la tertulia y la contemplación. Hacer que la YAPA sea una práctica cotidiana, donde el dar más no sea de tontos sino de educados. Volver al silencio del agradecimiento y al acto “agradecido” (reciprocidad), y otras tantas formas de vinculo social que nos pueden enseñar nuestros hermanos de las comunidadaes andinas y amazónicas. Revitalizar el humor y los espacios de agradecimiento y la retribución, dar más tiempo a la amistad y no quedarnos en la dicatadura del trabajo. Pero además esta dimensión de la autenticidad es también política, es decir en su proceso de alteridad se reconoce conciente y cómplice de las inequidades sociales. Se compromete desde la transparencia de sus acciones con la promoción de la justicia social y el desenmascaramiento de la moral del mercader que solo piensa en su beneficio. Esto implica también cumplir roles políticos.

c) Autenticidad en las lógicas de pertenencia: Reconocer nuestros origenes, nuestras fuentes, nuestras determinaciones. Sentir con nuestro transitar por sus diferencias, hacer de nuestra identidad el mosaico de la diversidad. No cerrar puertas y quedarnos con los que piensan igual que nosotros, dejar que pasen y se encuentren con nosotros aquellos que piensan diferente, y procurar aprender de ellos. La ética del encuentro reconoce que somos parte de varios todos, no sólo de uno y que las dinámicas sociales pueden ser diversas cuando asumimmos que nacimos para el encuentro y este encuentro nos engrandece como el río, que junto a otro río crece y crece. Celebrar la pertenencia a un entorno, intentar sintonizar con la naturaleza, los animales, las plantas, etc y ser parte de esta totalidad. Desarrollo de las diferencias, un mundo que se reconoce heredero de una tradición social rica en significados y conocimientos no puede renunciar a su promoción y desarrollo de cara a un modelo de desarrollo humano sostenible.

5. Definición de la Ética del encuentro

A partir de todo lo que hemos venido diciendo ensayamos una definición de ética del encuentro:

“Un reflexión sentida, crítica y constante
sobre los principios, valoraciones y representaciones que dan sentido a la vida como la alegría, la justicia, la participación, la solidaridad y el respecto a la diferencia;
y sobre las normas que se construyen desde la certeza de ser partes de un todo, desde el lugar del otro y desde uno mismo
y que permiten una convivencia entre semejantes y diferentes;
una reflexión que reconoce y valora al otro como interlocutor
y que interpela las lógicas de poder que condicionan las relaciones humanas para transformar, recrear y hacer suyos principios y normas que respeten y desarrollen la pluralidad en un mundo que es de todos” [6]


La definición que hemos presentado parte de la construida como parte del trabajo en equipo realizada por un equipo del MED para el documento sobre formación ética, debemos resaltar algunas características nuevas como:

  • La reflexión que integra acto mentales y valorativos (afectivos) que permite la revisión, el análisis, la confrontación, el retorno sobre lo vivido.

  • Constante: Es decir que siempre se va haciendo, no hay pretensión de absolutizar, sino de responder al momento vivido

  • El contenido de lo ético son principios, valoraciones y representaciones, salimos un poco de la lógica del discurso e integramos aspectos de la diversidad

  • El sentido de la vida: La ética responde a la pregunta ¿qué se debe hacer, como se debe obrar? Y esta actividad tiene que ver directamente con la orientación de la vida, y sobre todo con los orientadores que son los principios y valores. Se proponen algunos que priorizan la dimensión relacional de la ética. Somos lo que somos por y con los otros. El sentido de la vida es personal, cada uno tiene una síntesis personal de principios y valores que determinan su orientación. Pero es también social pues muchos de ellos son compartidos por otros.

  • Las normas como construcción descentrada y participante, es decir que toma en cuenta no sólo la mirada parcial de quien propone, sino el acento está en la capacidad de aproximarse a la otredad (mundo o personas)

  • Interpela lógica de poder, es una ética que se complementa con la política para no caer en un relativismo emocional.

  • La vida en común: es un tipo de convivencia que parte del reconocimiento mutuo. Todo discurso ético moral se funda en la experiencia social, la ética de lo privado corresponde a todo un desarrollo del cristianismo y Kantiano, sin embargo en la actualidad hay otra tradición conocida sobre la dimensión social y la fuente de la eticidad.


6. Los nuevos espacios para concretar la ética del encuentro

Finalmente, nos parece importante ubicar esta propuesta en ciertos espacios en los que los encuentros generan desencuentros. La propuesta de Ética del encuentro propone un énfasis en ciertos valores que permita al ser humano de hoy, posmoderno, adnino, amazónico o tradicional una participación transformadora en el sistema.

a) Los medios de comunicación y la revolución “electronal” espacios virtuales: Es obvio que la televisión y la Internet están cambiando el mundo. Desde la capacidades de organizar saberes, la comunicación en tiempo real, la ampliación de la noción de espacio.
b) La globalización de la inequidad y la dominación del que tiene poder económico: esto implica reconocer que de partida estamos en un contexto adverso a lo que se pretende, con todo un sistema de reproducción de conciencias enajenas de su esencialidad, es decir su OTREDAD, para Justicia social, equidad, distribución de riqueza y revisión de nociones intencionales.
c) La reestructuración de los espacios de socialización primaria, el entorno familiar, y adulta: En contextos urbanos: los parques, las calles, las fiestas, polladas, etc.
d) Uno de los escenarios más desafiantes para la interculturalidad es el diálogo de saberes en una lógica con otra. El Polilogos Ética y diversidad.
e) Ecosofia como corriente significa dentro de la ecología que rebasa la posición antropocéntrica del movimiento ecológico, involucrando su dimensión espiritual y global. Ve también la necesidad de tomar medidas no sólo para la protección del medio ambiente, sino de impulsar un cambio profundo de la visión del mundo, que retorne a los principios universales.
f) Bioética, como "La conciencia de la ciencias medicas y biológicas, como una practica dinámica, racional, y reguladora de los valores éticos y deontológicos con la característica de ser multidisciplinaria y que tiene como objetivo la preservación de la dignidad humana en sus diversas expresiones"[7].
g) Etica del mercado, el trabajo, la competencia y la cultura del éxito. ¿Que tipo de relaciones permite? ¿cómo se responden desde la ética del encuentro?




7. Conclusión inconcluyente

“Haber perdido los valores” quiere decir haber dejado atrás el consenso originario, haber perdido la ingenuidad natural o tradicional -también la identidad latinoamericana-, pero quiere decir igualmente, en contra de lo que suponen los universalistas, seguir dependiendo de manera esencial, aunque no fuese más que en el sentido de la pérdida, de esas raíces culturales que nos constituyen fragmentariamente como individuos, como comunidades o como naciones. Y “tener que buscar o inventar nuevos valores” quiere decir estar en condiciones -o, si se quiere: estar obligados- a construir un nuevo ethos, pero quiere decir igualmente, en contra de lo que suponen los contextualistas, estar en condiciones de imaginar nuevas formas, más amplias, de solidaridad humana que no se restrinjan necesariamente a los lazos tribales.”[8]

Decimos finalmente que este esbozo de ética del encuentro para una Educación intercultural pretende dar algunas luces sobre como podemos tener un fundamento ético pertinente y válido desde nuestra lógica. La educación o formación ética que no tome en cuenta las condiciones socio culturales en las que vivimos, y sobre todo nuestra compleja diversidad, corre el riesgo de seguir reproduciendo dobles morales, discursos discriminatorios y serios problemas de representación ética por la falta de reconocimiento que transmitimos al negar, no sólo nuestro horizonte cultural sino las diferentes llamadas del mundo contemporáneo a la refundación de la racionalidad.

Esta presentación parte de un saber, que sí consideramos absoluto, el pensamiento es débil y solo su debilidad puede transformar conciencias. El pensamiento débil, termina callando y dando paso al testimonio, el pensamiento débil desconfía de las palabras, valora los hechos, el pensamiento débil es propedéutico no determina, solo ayuda a... Todo pensamiento fuerte termina por sacralizar y momificar la vida. Por eso trataremos de decir finalmente, solamente:



  • Hagamos un TINKUY

  • Para encontrarnos en el rostro del otro

  • Para luchar contra los prejuicios culturales que invisibilizan nuestra tradición

  • Para descubrir nuestras limitaciones y trabajar juntos por superarlas

  • Para marchar contra la inequidad y contra la injusticia

  • Para descubrir juntos alternativas más humanas a la lógica del mercado liberal

  • Para ser un poco mas nosotros y menos otros.




    José Antonio Vásquez Medina


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jvasquez@warmayllu.org / jvasquezm@pucp.edu.pe




NOTAS


[1] Testimonio extraído del artículo de Ángela Uribe Botero “El caso U’wa: entre el vuelo de las tijeretas y la forma de la ley” Werjain Shita “U’wa: visión y testamento, 19 de enero 2002” en www.antiglobalizaciñón.org/germinal/diversidad/doo14/htm. Racionalidad y Discurso mítico
[2] Laime Mantilla, Víctor. Takanakuy Cuando la sangre hierve. Cusco, Wilkar 2003
[3] Hay una reciente campaña en EEUU de recuperación de la confianza “Building the culture thust” pues encuentro implica confianza, bajar defensas, ser vulnerable, lo contrario a ella no es ético. Esto muestra el retorno a una lógica donde el individuo se hace con los otros.
[4] Ver los aportes a la teoría etica de mínimos de Adela Cortina. El quehacer ético, guía para la educación moral
[5] Sobre este tema Jose Antonio Marina, un periodista y filósofo español, muy prolífico y leído en los últimos años ha desarrollado toda una propuesta de recuperación de esta dimensión y su impacto ético político.
[6] A partir de la definición construida por equipo del MED para la Propuesta de Formación ética - 2006
[7] Sela Bayardo, Gerardo. Bioética y globalización. Buenos Aires. Prae 2002
[8] Guisti Miguel, Ética, Politica y Sociedad. Sala de lectura del programa de Educación en valores. http://www.campus-oei.org/valores/giusti.htm