Hay quienes piensan que es posible ser intercultural sin acceder a una lengua diferente, yo considero que esa es una ruta incompleta de la interculturalidad, una ruta cómoda, pero no total, sutil, pero no arriesgada. Entrar en el universo de la lengua implica navegar en un universo de nuevos significados que seguramente cuestionarían algunas de nuestras certezas. Yo prefiero vivir esa osadía de la libertad sobre todo si encontrarme en el otro me lleva reencontrar nuestra esencia.
Primeras constataciones
a. Ante la diversidad cultural interna y la que
experimentamos por el contacto con otros países, continentes o pueblos se
plantean dos demandas, las de los propios pueblos indígenas originarios que
buscan posicionarse en el escenario nacional y mundial, y la de quienes no se sienten parte de un
tradición cultural originaria de América pero si se sienten parte del Perú como
la población afro peruana, como la de los llamados “criollos” o descendientes
de europeos afincados en territorio nacional. Ser interculturales y educar las
futuras generaciones con este enfoque supone atender ambas demandas y
entenderla como una sola demanda para responder juntos a los desafíos de un desarrollo
pertinente con identidad. Por ello cuando construimos este documento partimos
desde estas dos demandas legítimas y plausibles que intentamos atender. Cada
una plantea tareas, retos y tratamiento diferenciado en función de un análisis
de la situación de la diversidad y de lo que se espera de ella.
b. Las referencias al “con y para todos” en el
título tienen un sentido de proceso que involucra a todos los que se espera
iniciar en este enfoque. La EIT no tiene sentido si se convierte en una clase o
una formula o un lineamiento, solo tendrá vigencia cuando las personas se
sientan parte de este enfoque desde un compromiso personal y existencial, por
eso es fundamental generar el CON para que sea un auténtico PARA todos.
c. El Perú ha sido y sigue siendo un país
multilingüe y pluricultural. Según el Censo del 2007 el total de personas que
se reconocen bilingües asciende a 4’045,713, esta cifra total corresponde
aproximadamente al 14% de la población nacional. De estos más de 4 millones el
83% son quechuas, 11% aimaras y 6% otros pueblos indígenas. A nivel de
diversidad cultural el Ministerio de Cultura reconoce 53 pueblos originarios y
47 lenguas oficiales, 43 amazónicas y 4 andinas cuyos hablantes, se concentran
en todas las regiones, en zonas rurales y urbanas. Entre las lenguas más
habladas existen variantes dialectales reconocidas que abarcan una o más
regiones. A está amplia diversidad se suma el pueblo afroperuano que
representa el 6% de la población
nacional, y otros grupos minoritarios que mantienen su cultura e incluso su
lengua como la colonia china, nipona, austriaca, judía italiana, etc.
d. Luego de la llegada de los
conquistadores europeos muchos de pueblos originarios desaparecieron por
enfermedades y por el trato que recibieron de los españoles. También fueron
traídos procedentes del continente africano, miles de personas para suplir parcialmente
la demanda de mano de obra indígena. Este territorio ha recibido también
sucesivas migraciones de China, Japón, Italia, Austria y otros países. Las
relaciones que se establecieron entre esos distintos pueblos y sociedades
configuraron una estratificación social bajo la hegemonía de un grupo de poder
que conformaron el Estado Nación. Dicho proceso evidencia a la fecha formas de
exclusión, de discriminación y subordinación de mentalidades y de formas
sociales, económicas, religiosas, culturales y lingüísticas, locales o
foráneas, diferentes a la hegemónica. Esta realidad de desigualdad se constata
también en la educación, y ha sido el modelo educativo el que por décadas ha
mantenido mecanismos de homogenización cultural y lingüística.
e. En la actualidad presenciamos diversos
problemas y desafíos vinculados con modelos económicos extractivos o formas de
industrialización y comercio que afectan considerablemente el equilibrio
ambiental, comprometen la seguridad alimentaria y la soberanía territorial y afectan
a toda la población, especialmente a los pueblos originarios del país. Algunos
de estos problemas podrían ser atendidos desde otras formas de vinculación con
el entorno natural que los pueblos originarios andinos, amazónicos y algunos de
la costa y de otras partes del mundo, aún mantienen vigente.
f.
Por ello se requiere visibilizar y desarrollar en todas las escuelas del paìs la diversidad cultural y lingüística coherente con la naturaleza, origen y actualidad nacional y con los alcances de la globalización que parta de la premisa
de que “a mayor diversidad, mayores elementos para un buen vivir”. Se necesita que
el Estado y la sociedad reconozcan y asuman positivamente al Perú como un país
pluricultural y multilingüe y se comprometa a preservar y desarrollar esta
diversidad, patrimonio y fuente de identidad nacional. Las aulas son el espacio
privilegiado para fortalecer y difundir los principios que permitan la
convivencia pacífica, el desarrollo con igualdad de oportunidades, el respeto y
la asunción positiva de la diversidad cultural. Solo de esta forma todos los
peruanos contribuiremos a revertir la exclusión y la discriminación que han
caracterizado a la sociedad peruana.
g. La diversidad cultural hoy se consagra no solo
como un derecho, sino también y sobre todo como un recurso para la construcción
de una sociedad democrática y un desarrollo del buen vivir acorde con nuestra
particularidad y potencialidades; construcción que requiere de la
transformación de la educación peruana. Actualmente, en el mundo del tercer
milenio, globalizado en diversos aspectos, la diversidad y la heterogeneidad
son consideradas como principio para el desarrollo social, cultural, político y
económico, y se reconocen, como factores esenciales, el conocimiento y la
capacidad de innovación desde la originalidad. Así, la gran diversidad
geográfica, cultural y lingüística del Perú debiera ser vista como recurso y
posibilidad de desarrollo del buen vivir en el seno de la actual sociedad de
los conocimientos.
h. En el Perú La diversidad cultural está
presente ya en todas las regiones del país, en algunos casos se ha visibilizado
y dinamizado con la masiva migración del campo a centros urbanos. Incluso en
las ciudades se han recreado las identidades, esta realidad exige que la
educación intercultural sea para todos y
todas (quienes son) y se constituya en una condición para construir el cambio
de la sociedad peruana y a la vez en un
enfoque que promueva el encuentro de las diferentes culturas, a través de un
diálogo horizontal y democrático, a partir del reconocimiento y valoración de
la cultura propia. Este enfoque permite tomar conciencia de que vivimos en un
mundo heterogéneo e inequitativo; y de que es indispensable una actuación
antidiscriminatoria, crítica y transformadora de esta realidad.
i. Una de las direcciones hacia las que apunta la
educación intercultural para todos y todas es la superación de los prejuicios, los estereotipos, la discriminación y el
racismo. Por esta razón, contribuye a la disminución de los conflictos
socioculturales que suelen darse en las sociedades pluriculturales y
particularmente en la escuela, cuando la diversidad no es asumida ni positiva
ni creativamente.
j. La educación intercultural con y para todos y
todas promueve el reconocimiento, aceptación y cultivo de “nuestra diversidad
creativa”; esto significa asumir la pluriculturalidad como una realidad de
hecho, pero que, sobre la base de valores compartidos y desde una perspectiva
de complementariedad de voces y visiones, es capaz de construir una sociedad más equitativa, justa,
democrática y plural. La educación intercultural para todos y todas permite desarrollar competencias en múltiples
sistemas de percepción, pensamiento y acción, así como aprender a desenvolverse
en diversos entornos culturales y a aprovechar sus aportes y contenidos. En
este sentido, constituye un requisito fundamental para el logro de un
pensamiento crítico y pluralista.
k. La EIT evidencia que la dinámica intercultural
de doble vía, es decir que también los ciudadanos que no pertenecen a un pueblo
originario, deben recoger los aportes
de las sociedades indígenas u originarias para general alternativas de vida,
nuevas tecnológicas, interacciones, más aun en tiempos de crisis y de refundación del mundo.
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