martes, 6 de mayo de 2008

Un balance “optimista” de la postmodernidad

Fragmento tomado del ciclo de conferencias sobre Postmodernidad Centro Cultural Británico - 2004

Después de todo, lo que hago (...) no es, finalmente, ni historia, ni sociología, ni economía. Más bien, algo que tiene que ver, de una manera u otra, y por razones simplemente de hecho, con la filosofía, es decir, con la política de la verdad; pues no veo muchas otras definiciones del término 'filosofía', sino ésta. Se trata de la política de la verdad.? Michael Foucault


Postmodernidad peligrosa:

  1. Cuidado con la comprensión chata de la posmodernidad como un mero relativismo… mostrarla así o peor aún, vivirla así implicaría un retorno a formas de barbarie. La posmodernidad tiene la carga positiva de un hacia adelante. No es superar la modernidad por superarla, es aprovecharla para seguir buscando formas de vida y de bienestar diferentes que retomen lo más valioso de la modernidad y de la humanidad.
  2. Otro peligro es promover la posmodernidad sólo como una práctica deconstruccionista con un afán meramente nihilista casi “tanático”. No es borrón y cuenta nueva, es lección aprendida y bien aprendida, para pasar la página, pero sin perder la conciencia histórica que nos recuerde de donde venimos.
  3. Reducirla a una moda: Otra clásica reducción de lo postmoderno es la mirada exógena del fenómeno, de las rupturas mas evidentes y estéticas, de los cambios de forma, sin fondo. Pensar que uno puede ser postmoderno por como viste, o como ordena la casa, puede ser una variante mas de un mismo orden.

Postmodernidad ventajosa:

  1. La transparencia como forma de vida: Uno de los grandes aportes del pensamiento de Nietzsche a la filosofía es que nos mostró la trampas de la verdad inscritas en los juegos del propio lenguaje y la cultura. Su casi obsesiva temática moral lo llevó a plantear los dilemas o casi aporías morales más importantes de la filosofía moral. Entre sus aciertos está el haber colocado como centro del problema humano su viciosa percepción de la perfección y los ideales “decadentes” de una religión engañosa y por demás inconsistente. La transparencia de vida implica reconocer en uno mismo, día a día, nuestra trama de contradicciones, admitir que podemos.
  2. Las ventajas del pensamiento débil: Otra de las características de una posmodernidad ventajosa es el llamado pensamiento débil que entre otras cosas es una manera sutil de poder. El pensamiento débil no es el que afirma, sino el que pregunta, interroga y genera conexiones. Este es un tema nuevo, trabajado por Gianni Vattimo en su revisión de Nietzsche y planteado hace poco en Lima. El pensamiento débil es la entrada a la racionalidad del discurso y la construcción de consensos desde una premisa, el saber que no se sabe, el saber que lo que se sabe es siempre parcial, el saber que nunca se sabrá todo y que de alguna manera siempre se está probando, esa es su certeza, la no certeza, pero allí radica su fortaleza en tanto que no postula sino aproximaciones es más permeable al cambio, es un pensamiento plástico que se adecua y se mimetiza con los procesos. Esta siendo trabajado en programas de gestión para el cambio y está siendo explotado por grandes empresas interesadas en generar una competencia innovadora. El eureka de la razón moderna hoy se traduce en la pregunta y la afirmación parcial. Puede parecer un juego y escandalizar a quienes ven la vida desde absolutos (ideologías) absurdos, como si la vida no tuviera una dinámica. Pero esa es la trampa y el vicio del pensamiento moderno… nos detiene, nos ancla… vivir bajo esta perspectiva del pensamiento débil.
  3. La apertura y respeto a la diferencia: Expresada en esa voluntad de acercamiento como quien se abre un nuevo mundo de saberes tradicionalmente sometidos, esos saberes históricos que estaban presentes y soterrados en el interior de conjuntos funcionales y sistemáticos, y que la crítica posmoderna ha hecho reaparecer, evidentemente a través del instrumento de la erudición. Toda esa serie de saberes calificados como incompetentes o insuficientemente elaborados, saberes ingenuos, inferiores jerárquicamente al nivel de conocimiento o de la cientificidad exigida. Son estos saberes no cualificados, descalificados, el saber paralelo y marginal, saberes de la gente que no han constituido un saber común, un saber específico, local, regional, un saber diferencial incapaz de unanimidad. Es mediante la aparición de este saber como se ha operado la crítica posmoderna. En estos casos así como en el saber de la erudición se ha conservado en la memoria de los pueblos, en la conciencia profunda del ser humano.
  4. Conciencia ecológica: Es decir el descentramiento de la racionalidad del yo hacia un “entre” hacia un “donde”. Esa nueva certeza que no se encuentra en la conciencia en sí ni para sí, sino en el conjunto, la asamblea, el ethos. La conciencia ecológica no solo es respeto y cuidado por el medio, sino una nueva relectura de nosotros mismos, de cómo nos ubicamos en el mundo, de cómo participamos de lo de todos, es una nueva política.

En síntesis

En suma una buena sisntesis de esto la trae Ritzer (Ritzer, George, “Teoría sociológica contemporánea”, 1993, Mc Graw Hill. p. 569): “el posmodernismo presenta cuatro grandes características relevantes para el movimiento hacia nuevas síntesis en sociología.

  • En primer lugar, el rechazo a la anterior búsqueda de una única y gran teoría sintética.
    En segundo lugar, la aceptación de una gama de esfuerzos sintéticos de menor alcance.
  • En tercer lugar, la destrucción de las fronteras disciplinares y a la idea de que las nuevas síntesis pueden inspirarse en ideas pertenecientes a varias disciplinas diferentes.
  • Finalmente en cuarto lugar, la desmitificación de la retórica teórica, que permite a los sociólogos tomar prestadas libremente las ideas de otros para crear teorías sintéticas”


Buena síntesis verdad?

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