Siempre me gustó escribir, desde pequeño escribía cartas a
mis padres cuando viajaban o para fechas importantes. Luego descubrí la poesía
e intenté escribir algunas, pero sin mucha idea de lo que implicaba. Lo más en
serio que recuerdo es una que mandé para un concurso Nacional de poesía escolar sobre los árboles
organizada por la Municipalidad de San Isidro en Lima, quizá era 1986 o quizá 87. Eran
años difíciles para el Perú, con un presidente treintañero vivíamos la época de
las colas para alcanzar comida básica como arroz, azúcar o la famosa leche ENCI,
la falta de agua, y los paquetazos. Nuestra moneda dejó de ser el SOL y se
llamó INTI que solo duro unos años… entre 88 y 89 escribí mucho en genero de poesía y también epistolar. Ahora casi 30
años después me estrené como escritor de cuentos para niños.
Este proyecto Los Relatos del TIO MAENI comenzó hace muchos años…
digamos que como parte de mi etapa de aprendiz de lector a los 13 años me leí
los cuentos andinos de Enrique López Albujar, años después me tocó ser profesor de uno
de sus nietos, todo un honor para mí estar con uno de los herederos por quien gracias a sus letras me acerqué a
sombríos relatos de jarjachas y cabezas voladoras. Ya en la universidad conocí
mejor a Arguedas y me identifiqué con su tragedia y sus sinceras búsquedas de
lo nuestro… andino y mestizo, tayta y misti… Siendo arequipeño el nombre de mi
Apu principal empezó a tener otra connotación, mi Arequipa no solo tenia al Misti como Apu, sino que era la tierra de los
mistis, de los "patrones" y así fui descubriendo y comprendiendo nuestra larga
historia de inequidad instalada desde la colonia o quizá antes, pero
definitivamente con la colonia nuestro mundo se dividió y aun no lo podemos
zurcir con ese remallado invisible que solo manos diestras y de corazón amplio
pueden hacer.
Debo mencionar que en mi época de universitario también
escribí y mucho, de hecho lo más importante para mí, más que los exámenes y las
lecturas interminables de historia, literatura y filosofía, era escribir
ensayos o trabajos de creación propia. Recuerdo con mucho agrado mi trabajo
final para el curso de antropología filosófica, fue un breve tratado epistolar
sobre los dilemas de la vida, o mi estudio sobre el personaje del Opa en la
literatura de Arguedas, o el visionario estudio sobre la locura de Hamlet que
me llevó a conocer al genial maestro de la genealogía y el perspectivismo
Michael Foucault. Debo mencionar también
uno de los escritos pioneros en mi interés sobre asuntos interculturales, mi
ensayo sobre la España del siglo XI al XII su esplendoroso Califato de Córdoba
y la pacífica convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos. Quién sabe si
en mi próxima y pronta vejez me anime a pulir alguno de esos estudios.
Bueno, entonces mi labor de escritor tiene cierta data, pero
más de corte académico algunos de los cuales fueron publicados como artículos
educativos o de “filopedagosofía”. Pero ¿cómo así llegué a la literatura
infantil?. Debo confesar una verdad que
pocos conocen, pero que anida como una herida abierta en lo más hondo de mi
espíritu. Hay un angelito en mi vida a quien están dedicadas estas historias que quizá
no pude contar en vivo y en directo, pero es ella mi primera gran inspiración, y que
luego fue tomando rostros de niños concretos mis queridos sobrinos, mis alumnos
y ahora mis colegas docentes.
Los Relatos del Tío Maeni recogen y reinventan historias de
mis viajes por diversas regiones del país, en las que adrede y con total
alevosía y premeditación utilizo frases o vocabulario en lenguas originarias peruanas,
lenguas de pueblos y personas que viven y vivieron en estas tierras hace
cientos de años y que formas parte de lo que somos y que hemos negado por
siglos, lenguas con las que nuestros ancestros aprendieron a nombrar el mundo,
su entorno natural y sus vivencias, lenguas que nos abren a mundos que aún
están ahí, formas de ver y sentir el mundo que espero las nuevas generaciones
puedan acceder de manera más natural . Además, este personaje medio tierno y
salvaje, asume la voz de los animales, del bosque, de los seres que acompañan
las cosmogonías, cosmovisiones y
cosmoaudiciones, cosmopalpitaciones… formas del sentipensar andino amazónico, de ver y ordenar el mundo. Esa es la
apuesta intercultural, empezar a acercar a los niños y jóvenes a esta
diversidad.
Los Relatos del Tío Maeni, son solo relatos, no aspiran a un
formato literario de cuento, novela o fábula, son relatos, quizá algo enredados
a veces, que remiten a memoria,
experiencia, territorio, fuerza, emoción y enseñanza. Estos relatos reinventan historias o anécdotas
de su autor, de los viajes y encuentros con personas de todo el Perú. Como parte de la apuesta
formativa reparan también en temas ambientales y trae mensajes intencionales
para cuidar la “casa común”y sintonizar de otra manera con el mundo, con
cariño, con cercanía afectiva y con algo de magia, porque no solo debemos quedarnos con las
formas mágico religiosas traídas por los colonizadores, aquí en nuestras montañas y cañones profundos, o en nuestra llanura amazónica hay mucho por descubrir. Gracias a los excelentes dibujos de Mario Rivas Chipana hemos logrado concluir la primera serie de 5 relatos ambientados entre Cusco y Lambayeque. Es una serie que tiene previstas 3 entregas de 5 cada una con relatos de al menos 10 lugares diferentes. Ojala nos de la vida para concluirla.
¿Quiénes son los lectores de los Relatos del Tio Maeni?, principalmente son los niños, pero a
muchos adultos también les ayudaría leerlos, pues seguramente desconocen
aspectos básicos de nuestra realidad diversa y única. Son relatos a veces duros a veces
profundos y complejos pues buscan iniciar a los mas pequeños en el conocimiento
de valores, creencias, formas de vida y de ver el mundo de nuestros pueblos y sintonizar con nuestras raíces hoy
deterioradas por al TV basura y las migraciones de pueblos enteros a las ciudades en busca de“aprender más cultura”. Estos relatos intentarán que nuestra niñez y juventud cuestione lo
que nos ofrece este sistema y con la esperanza de que podamos
cambiar un poco el rumbo, asume tercamente que en nuestro mundo hay una
racionalidad que nuestra prepotencia “homo sapies” aun no descubre.
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