miércoles, 2 de diciembre de 2009

ADULTA ESTULTICIA

Mirar dese lo alto para ver lo mismo, mirar desde lo más bajo para no ver nada, renunciar a mirar para recién mirarlo todo, eso es lo que nos enseña la vida, a esperar que lo más deseado venga, antes de correr a buscarlo.


Siempre deseé llegar a la adultez, ahora creo que lo soy, sin embargo, aun me siento niño en muchos aspectos de la vida. De hecho en cada adulto que conozco, sea de cualquier edad, con diferentes vivencias y marcas de los años en la piel, veo niños y niñas.


Llegar a adulto no es mas que aprender a ocultar nuestros niños y niñas. Dicen que ser adulto tiene que ver con la responsabilidad, con la capacidad de asumir compromisos, con la creación de algo. Ya me siento adulto, sobre todo por los años, y creo ser responsable, creativo y tomo muy en serio mis compromisos, pero extraño ser niño y siento que este abrigo de adultez está ahogando las ganas de ver siempre con nuevos ojos la vida.



Los adultos vivimos llenos de estereotipos, vivimos calificando la vida desde nuestras experiencias, el niño, vive todo como nuevo... por eso sabe vivir aunque expuesto a la malicia de quienes usan su ingenuidad.



Un adulto que haya perdido su niñez, con esa irreverente capacidad de cuestionar o proponer aventuras, es un adulto camino a su perdición, a un avejentamiento sin retorno a una estulticia obsecada en sus verdades acuñadas con tan solo doxa y niega la siempre inagotable fuente de la vida...

Así que descubrir el niño(a) que todos tenemos es sólo ser uno mismo en un estado más puro:
  • "Mas, díganme, hermanos míos ¿qué puede hacer el niño que no pueda hacer el leon? ¿Por qué es preciso que el león raptor se transforme en niño? El niño es inocente y olvida; es una primavera y un juego, una rueda que gira sobre sí misma, un primer movimiento una santa afirmación. Una afirmación santa es necesaria para el juego divino de la creación" (Nietzsche en Asi Habló Zaratustra")

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay veces que siento que el niño se ha perdido en algún paraje desconocido, y me pregunto cada una de esas veces si algo o alguien me lo está quitando propositalmente. Es curioso, porque también me descubro niño en muchos aspectos, pero no quiero detenerme a pensar que es una visión fugaz de un estado que quiero encontrar para deshacerme de mi realidad.
Me gustó, me identifiqué.
Abrazos.

Marcelo.

Anónimo dijo...

lo del niño me hizo recordar un poema que escribí hace muchos años, ojal te guste:

Las cosas con las que a veces te siento, las mas ,...
Con las que tejo tibios desiertos: te extraño.
Les da a veces y son todo. Un cielo encima mío, incansable planeta debajo. se abren rosas áridas en las playas , la infinita caída de las estrellas, mas en mis manos, se asoman las rosas que no pudieron nacer, pobres como mi alma, sin fragancia, se esconden de la oscuridad del día, y del grito de la noche, soñamos juntos que no hay nada afuera, ni la ciudad, ni detrás del cielo mas planetas, detrás tengo un armario, en las noches es una mancha oscura donde te guardo, sabiéndote lejos, allá mis libros: algunos son caminos de tierra, paisajes extraviados , los mas son dueños de mi voz verdadera y cuando ellos se pierdan , con ellos me iré de verdad, no con la muerte que se ha de comer todos los niños que he podido ser, el caso es que no te tengo, ni en mi mente como he creído, el caso es que estoy solo , pariéndome a mi mismo en cada palabra, nada entre reglón y reglón..................te extraño.
Luis Arbaiza